jueves, 13 de diciembre de 2007

Y, gracias a ellos, leo

LIBROS
Qué sería de mí sin vosotros,
tiranos y, a la vez, embajadores,
de la imaginación,
verdugos del deseo
y, al mismo tiempo, mensajeros suyos,
libros llenos de cosas deplorables
y de cosas sublimes,
a los que odiar
o por los que morir.

Luís Alberto de Cuenca

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