viernes, 30 de noviembre de 2007
Aventuras de un profe de español en Oxford - Último capítulo
Creo que me sonrojé considerablemante, y, en cuanto pude, corrí a la biblioteca para consultar el diccionario y descubrir que, en efecto, la famosa palabra papirotazo procedía del papo en que antaño se recibía el ignominioso golpe. Me sentí más impostor que nunca, pero también vi mi conciencia tranquilizada en parte, pues juzgué que mis etimologías dementes no eran mucho más disparatadas ni menos verosímiles que las verdaderas. Al menos ésta me parecía casi tan estrafalaria como la improvisada. Y en todo caso, como había señalado el Destripador, este tipo de conocimientos ornamentales duraban pocos minutos, fuesen falsos, auténticos o semiverdades. A veces el saber verdadero resulta indiferente, y entonces puede inventarse.
jueves, 29 de noviembre de 2007
Cervantes, premio Gelman
Juan Gelman: Premio Cervantes
Aventuras de un profe de español en Oxford - Capítulo 2
Y al ver que nadie reaccionaba violentamente ni a nadie se le ocurría argüir que un solo papirotazo habría convertido en confetti cualquier papiro dinástico, sino que los alumnos tomaban nota y el colega inglés -aturdido sin duda por la grosera sonoridad de la palabra y tal vez embriagado por la repentina visión de un Egipto napoleónico- aprobaba mi explicación ("¿lo oyen ustedes? Papirotazo viene de la palabra papiro: pa-pi-ro, pa-pi-ro-ta-zo"), aún encontraba valor para insistir y completar la falsedad con una nota erudita:
- Es por tanto una palabra bastante reciente, que se asimiló a la más antigua capirotazo, como también se llama a ese golpe doloroso y vejatorio -y hacía una pausa para ilustrar el vocablo con un papirotazo al aire-, por ser el mismo que se acostumbraba propinar a los penitentes encapuchados durante las procesiones de Semana Santa, en la punta de sus capuchas o capirotes, para humillarlos.
Y mi colega siempre aprobaba ("¿Lo oyen ustedes? Ca-pi-ro-te, ca-pi-ro-ta-zo"). La delectación con la que algunos de los profesores británicos proferían palabras descabelladas en español no dejaba de conmoverme, y las que más les satisfacían eran las de cuatro o más sílabas. Recuerdo que el Matarife disfrutaba tanto que se olvidaba de la compostura y, levantando una pierna -la blanquísima canilla al descubierto por culpa de unos calcetines demasiado cortos y unos zapatos voraces-, la apoyaba con desenfado y no sin gracia sobre un pupitre vacío y la hacía balancearse al compás de su silabeo eufórico ("Ve-ri-cue-to, ve-ri-cue-to. Mo-fle-tu-do, mo-fle-tu-do"). En realidad hube de suponer, más tarde, que el aplauso de mis colegas a mis etimologías imaginarias era consecuencia de su excelente educación, su sentido de la solidaridad y su sentido de la diversión. En Oxford nadie dice nunca nada a las claras (la franqueza sería la más imperdonable falta, y también la más desconcertante), pero así lo comprendí cuando al despedirme de Dewar el Inquisidor tras mis dos años de estancia allí, me dijo entre otras pomposidades:
miércoles, 28 de noviembre de 2007
A colación del texto de Marías
De pronto, las diversas acuñaciones cerebrales adquirieron vigencia fónica:
-¡Qué sintagma!
-¡Qué polisemia!
-¡Qué significante!
-¡Qué diacronía!
-¡Qué centrar ceterorum!
-¡Qué zungespitze!
-¡Qué morfema!
La hermosa taquígrafa desfiló impertérrita y adusta entre aquella selva de fonémas. Solo se la vió sonreír, alagada y, tal vez, vulnerable, cuando el jóven ordenanza, antes de abrirle la puerta, murmuró casi en su oído: ¡Cosita linda!
"Lingüistas" de Mario Benedetti
Gramática en verso
te tiendo al comenzar esta jornada.
("-Qué amable-me dirás-, gracias." "-De nada.")
Y en tanto que, fugaz, se va el verano
-sic fugit vita sin remedio, hermano-
te ofrezco una lección apresurada
de una nueva gramática avanzada
que enseñe a ser feliz en castellano.
Gastad todos los verbos transitivos,
usad las conjunciones a barullo,
de palabras de amor haced acopio,
mezclad rayos de sol con adjetivos...
Y que la noche os deje en un arrullo,
prendido al corazón, un nombre propio.
("Saluda Manolus Abbat a los gentiles que aprenden la hispana lingua
en el convento", Libro de buen folgar).
Aventuras de un profe de español en Oxford- Capítulo 1
Los estudiantes sí hacían preguntas, en cambio, en las clases de traducción que les daba en la compañía alternativa de mis colegas ingleses. Los textos que estos últimos elegían para dichas clases (de nombre tan extravagante que de momento prefiero callarlo para no crear un enigma gratuito y ciertamente menor) eran tan rebuscados o costumbristas que con frecuencia tenía que improvisar definiciones espúreas para palabras rancias o herméticas que en mi vida había visto ni oído y que por supuesto los estudiantes no volverían a ver ni oír en las suyas. Palabras presuntuosas y memorables (concebidas sin duda por cabezas enfermas), de entre las que recuerdo con particular entusiasmo praseodimio, jarampero, guadameco y engibacaire (tampoco he logrado olvidar briaga, en un pasaje vinatero de lo más elegante). Aun a riesgo de quedar como un necio ahora que las he traducido al inglés y sé perfectamente lo que significan, confieso que entonces desconocía por completo su existencia. Aún hoy me admiro de su existencia. Mi papel en esas clases era más aventurado que en las conferencias, ya que consistía en hacer de gramática y diccionario parlantes, con el consiguiente desgaste para mis reflejos. Las consultas más arduas eran las etimológicas, pero al poco, y llevado de la impaciencia y los deseos de agradar, no tuve reparo en ir inventando etimologías delirantes, sobre la marcha y para salir del paso, en la confianza de que ningún alumno ni el colega de turno que me acompañaba tendrían nunca la curiosidad suficiente para comprobar más tarde lo verídico de mis contestaciones. (Y en el caso de que la tuvieran, estaba convencido de que también tendrían la compasión suficiente para no echarme el disparate en cara siguiente día). Así, ante preguntas que se me antojaban tan malintencionadas y absurdas como cuál era el origen de la palabra papirotazo, no tenía inconveniente en ofrecer respuestas todavía más absurdas y peor intencionadas.
lunes, 26 de noviembre de 2007
Los libros son...
"La sombra del viento" Carlos Ruiz Zafón
¿Que por qué leo? Pues por esto
"...Pero uno no lee para aprender, ni para saber más, ni para escaparse. Uno lee porque la lectura es un vicio perfectamente compatible con la escasez de medios, con la falta de esa audacia que otros vicios requieren y, más importante todavía, con la absoluta pereza."
Ser profesor hoy
Porque es una tarea imprescindible: enunciamos problemas sangrantes de todo tipo. Buscamos soluciones en mil sitios. Y olvidamos frecuentemente la educación como medio supremo. Hacen falta, pues, profesionales capaces de ayudar a las personas a crecer, de enseñarles a convivir, de abrirles el camino del bien y de la verdad. Porque es una tarea difícil (y arriesgada): consiste en trabajar con materiales complejísimos (concepciones, conocimientos, sentimientos, emociones, valores, ideas, creencias, expectativas ... ). Es difícil también porque cada persona es un mundo diferente. Y porque hoy aparecen en la cultura invitaciones potentes a recorrer caminos equivocados. La dificultad se puede vivir como castigo o como reto.
Porque es una tarea enriquecedora para quien la recibe y para quien la realiza. No hablo de dinero (aunque no se debe olvidar esta faceta). Si se pretendiese incentivar la profesión docente sólo con dinero, ¿acudirían a ella los más avaros en lugar de los más generosos? Trabajar con seres humanos encierra una posibilidad enorme de desarrollo personal y social.
Porque es una tarea gratificante: se insiste en los problemas de la profesión, en sus facetas amargas. Se habla menos de sus dimensiones gratificantes, de sus estímulos, incomparables a los que brinda cualquier otra profesión. ¿qué hay semejante a ese alumbramiento en el saber, en la honestidad y en la convivencia que la tarea de educar? ¿qué hay comparable al hecho de ayudar a que las personas sean más inteligentes, más bondadosas, más felices?
Porque es una tarea histórica: los profesores constituyen eslabones silenciosos en la cadena que conduce a la humanidad hacia el progreso y la mejora. ¿Qué hubiera sido del mundo y de la historia sin los maestros? Quienes tienen conocimiento tratan de utilizarlo en su beneficio (y de esconderlo a los competidores). Sin embargo, los profesores forman un grupo humano que tiene por oficio compartir todo lo que saben.
Esta es una tarea que, arrastrada como un castigo, resulta insoportable y que, vivida con entusiasmo, resulta apasionante. Para vivirla con entusiasmo hay que tener sobre ella un conocimiento especializado. Hay que amarla. Los alumnos tienen un radar que les permite saber qué profesores se preocupan de verdad por ellos. El título de un reciente libro noruego dice que los alumnos aprenden de aquellos profesores a los que aman.
domingo, 25 de noviembre de 2007
Los dos reyes y los dos laberintos
jueves, 22 de noviembre de 2007
La lengua (extranjera) de las mariposas
Lo mejor que me han deparado estos años de trabajo, aparte los ratos de descanso, de no hacer nada, es la satisfacción del propio trabajo en el momento de estar realizándolo. No lo que llamamos el éxito, -que aunque con la contribución del azar y la suma de una serie de casualidades se alcance de vez en cuando, si indudablemente produce alegría, es una alegría muy corta, pasajera, que se olvida fácilemente-, sino el lado misterioso mágico que tiene nuestro oficio, que cuando se alcanza, al sentirse invadido por otra persona que no existe produce un raro pero indudable placer. También pondría en la parte de los bueno la estima -que de manera tan clara percibía- de mis compañeros; y las amistades, los conocimientos, los amores. Y muy especialmente quisiera señalar la inmensa fortuna de haber podido vivir estos cincuenta años de esa manera tan especial de vivir que tenemos los cómicos.
Fernando Fernán-Gómez, El tiempo amarillo.
Profesores de ELE, no somos actores cómicos, pero debemos actuar con alegría nuestros conocimientos para hacerlos comunes. No tendremos éxito y fama pero nuestro oficio tiene ese lado misterioso de saber enseñar, de motivar la vida ajena. La estima es nuestra fuerza y el cariño de los otros y saber que el trabajo bien hecho tiene el sabor dulce de la satisfacción. Y muy especialmente, tenemos la fortuna de poder seguir viviendo con esa forma especial de vivir que tenemos los profesores.
Aún nos queda mucho camino como para desfallecer. Ánimo, gente.
lunes, 19 de noviembre de 2007
jueves, 15 de noviembre de 2007
Yo de mayor quiero ser profesor de glíglico...
miércoles, 14 de noviembre de 2007
"Disembarking at Quebec"
the things I carry in my hand
— a book, a bag with knitting —
the incongruous pink of my shawl
this space cannot hear
or is it my own lack
of conviction which makes
these vistas of desolation,
long hills, the swamps, the barren sand, the glare
of sun on the bone-white
driftlogs, omens of winter,
the moon alien in day-
time a thin refusal
The others leap, shout
Freedom!
The moving water will not show me
my reflection.
The rocks ignore.
I am a word
in a foreign language
- Margaret Atwood.
martes, 13 de noviembre de 2007
Con el mayor de los optimismos.
oda al profesor de español
Señor, Mister, Monsieur:
¡Bienvenidos al master de “to be proffeseur”!
Uniremos las lenguas para formar una clase,
y el único que sabrá español, será el servidor.
Intentaré enseñarles mi idioma,
no se rían que esto no es una broma…
Si han venido a aprender,
siéntese ahí que es lo que les enseñaré…
Si lo que quiere el italiano es echarse una novia española,
empezaremos por el “hola”.
Si lo que quiere el francés es tomarse un café,
enséñele primero que aquí se toma de pié.
Si lo que le apetece es vivir en Barcelona,
deberá aprender que está cerca de Tarragona,
y si lo que le apetece es solo aprender,
prepárese que nuestro subjuntivo es más complicado que su “passé composé”…
Tengan ustedes paciencia,
que profesores de español llegarán a ser,
por lo menos en este Master aprenderán lo que no se debe hacer…
-Cris -
Cuento de Cortazar: "Continuidad de los parques"
Enseñar quiere decir mostrar....
lunes, 12 de noviembre de 2007
Fondo y forma
yo sólo veo palabras que me llevan a mi.
Aquí yo sólo veo palabras
que me acercan a tí.
Mensajes de tinta blanca sobre fondo negro.
Cada vez más negro. Letras perdidas en 1976.
Cada vez más cerca.
Solo aquí veo señales, solo voces hay aquí.
Las humanidad son las palabras
nunca escritas en la piedra de Rossetta.
Bienvenida
Su misión es meramente la de servir como nexo de unión entre nosotros y de información acerca de las palabras, el español y su expansión en el mundo.
Este blog pertenece a los alumnos del master y no tiene ningún vínculo legal con la Fundación Campus Comillas.
Esperamos que la información aquí expuesta sea del agrado de los amantes del español.
Sin más dilación, aquí comienza nuestro espacio, vuestra casa.
...la palabra es lo más importante.